Grand Theft Encyclopedia
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En episodios anteriores de 80th Vice...[]

...

Rafael: ¡Tu propio padre mandó matar a mi hermano en Liberty City! Y mi hermano era policía. Ahora, tu padre acaba de secuestrar a mi compañero y ¿qué crees que hará con él? Se lo quitará de en medio, y el siguiente seré yo.

Angelina: ¡Basta, basta!

Rafael: ¿Dónde se hospeda tu padre? Vamos, Angelina, ¡dímelo!

Angelina: Me has utilizado...

Rafael: ¡Tu padre va a matar a mi compañero! ¿Dónde se aloja?

...

Sonny disparaba un MP5 desde el suelo, acribillando a Calderón, quien acabó con la cabeza dentro de su piscina.

...

Rafael fue llevado a una lujosa casa. En el interior mismo, le quitaron la venda y ante él, apareció Angelina Calderón.

Rafael: Dios mío...

Angelina: Tenemos que hablar - se dirigió a sus hombres - Déjennos a solas.

Los hombres de Angelina salieron de la estancia mientras ella se acercaba a Turner.

Rafael: ¿Quieres matarme por lo de tu padre?

Angelina: Ya ha habido demasiada sangre en mi vida y tú eres el único hombre al que he amado. Por eso no quiero que te maten - Angelina sacó un maletín lleno de dinero - Hay un millón líquido y blanqueado. Podrás irte a donde quieras y sobrevivir.

Rafael: No me voy a ninguna parte.

Angelina: Por favor, Rafael. Coge el dinero y lárgate de aquí. ¿No comprendes que todo el mundo te busca?

Rafael: ¿Quién me busca?

Angelina: Mi hermanastro. Se llama Orlando y es muy peligroso.

...

Orlando: Quiero que vayas al muelle del Faro de Vice City a las 15:00 clavadas. Sin trucos y sin lanchas, o ella morirá.

Rafael: ¿Qué garantías tengo que la dejarás libre?

Orlando: No voy a matar a mi hermanastra por que se haya acostado con un poli, pero sí lo haré si ese poli no acude a la cita. Estaré esperando.

...

Pero justo en ese momento, el coche de Angelina explotó, pillándolos a todos por sorpresa.

Orlando: ¿Qué mierda ha pasado? ¿Qué habéis tocado?

...

El helicóptero se posicionó frente a Orlando, con el SWAT apuntándole.

Piloto: Tire el arma, o abriremos fuego.

Orlando ni hizo caso y saltó de la lancha, disponiéndose a bucear por los mares, mientras el helicóptero trataba de localizarlo. Orlando buceaba hasta que encontró una tubería de desechos, por lo que se metió allí, usándola para esconderse del helicóptero y recorrer las alcantarillas de Vice City.

...


Introducción[]

Sonny y Rafael estaban hablando a las puertas de la comisaría. El segundo vestía una camisa hawaiana, un sombrero de paja y unas gafas de sol, mientras que Sonny lo miraba con envidia.

Sonny: Te lo repito, era un engañabobos.

Rafael (sonriendo): Vamos hombre, ese chico sólo trae bondad a este mundo, Cougan.

Sonny: Te ha tocado por pura suerte, amigo. El juego se basa en vender mil papeletas y que al final...

Rafael: ¿Alguien está celoso?

Sonny: Por favor...

Rafael: No tienes por qué, conduces un deportivo, vives en un barco...

Sonny: Sí, pero todo es prestado, ni siquiera es mío. Bueno, da igual, pásatelo bien.

Rafael: Te enviaré una postal.

Sonny (con gesto cínico): ¿Me lo prometes? ¡No podría vivir sin eso!

Rafael: Pues claro.

Sonny: Tenían razón al decir que las despedidas se pueden hacer muy largas, anda, lárgate de aquí.

Rafael, sonriendo, se metió en el Kaufman Cabbie que le llevó al Aeropuerto internacional Escobar, mientras Sonny volvía a entrar en la comisaría.

Switek: ¿Ya se ha ido Turner?

Sonny: Sí, ya se ha ido, menuda suerte, yo llevo años tratando de coger un viaje de esos y llega él, compra el primer boleto y lo saca.

Switek: A alguien ha debido caerle bien.

Sonny: No puede ser... Bueno, por lo menos, ha prometido enviarnos una postal...


Nuevos enemigos. 2º parte[]

El Shamal se dirigía hacia una isla tropical del Caribe. Rafael disfrutaba de las vistas de las nubes antes del aterrizaje. A su lado, se encontraba una anciana que no paraba de hablar.

Anciana: Lo cierto es que yo nunca me mareo en estos viajes, debo de tener una constitución de hierro, sin embargo, joven, está usted un poco verde, ¿no cree? A mi marido le pasaba exactamente lo mismo...

Rafael seguía mirando por la ventana, tratando de desconectar sus sentidos, pero la anciana seguía parloteando.

Anciana: ... y todavía recuerdo aquel viaje a Shamoutti. Mi marido estuvo vomitando al mar durante todo el viaje, ¿se lo puede creer? ¡Y luego se negaba a tomarse sus pastillas contra el mareo! ¡Habrase visto ser más cabezota! Y cómo no...

Rafael: Disculpe, señora, lamento interrumpir, pero tengo que ir al baño.

Anciana: ¡Ah! ¡Habérmelo dicho! - Rafael sonrió, pensando que se iba a echar a un lado, pero en lugar de eso, la anciana sacó una caja de pastillas de su bolso - Son para el mareo, le ayudarán.

Rafael: No, verá, no lo ha entendido...

Anciana: Claro que sí, tómese una...

Rafael: Disculpe, pero he de ir al baño para hacer... mis necesidades... mis... necesidades...

Anciana: ¡Oh! Por supuesto, vaya, vaya. Recuerdo que mi marido tuvo una temporada en la que le costaba mucho hacer... sus necesidades... - Rafael adquirió un gesto de terror - le tuvieron que hacer un exámen de próstata y meterle un dedo por el culo.

Tras decir esa última palabra, la anciana empezó a reírse de forma escandalosa y Rafael, al ver que no se movía de su sitio, se levantó y se abrió paso por delante de la anciana. Esta, sonriendo, le dio un azote en sus cuartos traseros, haciendo que Rafael se sobresaltara y cayera al piso. El policía vio cómo la anciana hacía un gesto parecido al que haría un felino, por lo que Turner marchó al baño tan deprisa como pudo.

Cuando llegó, se abrió una puerta que le golpeó a Turner en pleno rostro, haciéndole caer otra vez al piso. Del baño salió una mujer de color, bastante más atractiva que la anciana.

Mujer: ¡Oh, dios mío! ¿Se encuentra bien?

Rafael: Bueno... estoy empezando a ver pajaritos...

Mujer: Déjeme ayudarle - dijo mientras le tendía su mano para ayudarle a levantarse - Me llamo Alice.

Rafael: Rafael.

Alice: Encantada. - Ambos desconocidos se dieron dos besos en las correspondientes mejillas. - Bueno, ¿de vacaciones?

Rafael: Si puede decirse... - dijo mirando hacia atrás. La anciana estaba imitando un gesto de lanzarle una caña de pescar y tirar de la rueda. Aquello le provocó escalofríos al policía - Oiga, le parecerá extraño, pero, creo que me voy a esconder en el baño...

Alice (sonriendo): Qué gracioso es usted.

Rafael: Bueno, es que, esa anciana de ahí se me está insinuando y bueno, que necesito estar tranquilo, sosegado, ya me entiende...

En ese momento, vio cómo la anciana, se levantaba muy decidida y se dirigía hacia él. Rafael no vio otra solución y le dio un pico a una sorprendida Alice, para luego meterse en el baño solo y encerrarse.

La anciana llegó hasta Alice.

Anciana: Su novio tiene un culo estupendo. Menuda suerte...

Alice: Espere, no es mi...

Rafael (desde el baño): Cariño, ¿al final quien cuida de los niños?

Alice (algo aturullada): Esto... la vecina del cuarto.

Rafael: Bien.

Alice (a la anciana): Sí, es que... nos cuesta encontrar canguros...

Anciana: Oh, ¡a mi me encantan los niños! - dicho esto, le cogió de la mano a Alice y la llevó a sus asientos - Hace unos años, yo cuidaba de mis nietos, eran unos chicos muy revoltosos, una pobre anciana como yo ya no tiene energías para ir pa´a arriba pa´a abajo, hay que tener en cuenta de que ya no soy tan joven y vigorosa como antes, por cierto, su novio tiene que ser estupendo en el catre.

Alice: Disculpe... ¿qué?

Anciana: Bueno, no es nada de lo que avergonzarse, yo, hasta que murió mi marido, mantenía relaciones día sí y noche también. Nunca perdió su habilidad para hacerme sentir joven y... - Mientras la anciana hablaba, la pobre Alice se tapó la cara y empezó a realizar gestos de negación con la cabeza, mirando hacia abajo.


Tras un largo viaje, el Shamal finalmente aterrizó. Rafael salió del baño observando con precaución hasta que llegó a la puerta del avión. Todos los pasajeros habían descendido con sus maletas. Rafael vio a lo lejos cómo aquella anciana intentaba ligar con los agentes de seguridad, quienes trataban de alejarse, sin resultados.

Rafael: Señor, qué gente...

Entonces, se le acercó un hombre, a quien Rafael pudo reconocer con facilidad.

Rafael: ¡Tú!

Hombre: Rafael Turner, ¡cuánto tiempo!

Rafael: Eric Wolf.

Wolf: Hiciste mal en matar al Gran Jefe. Me quedé sin empleo.

Rafael: Pobrecillo, qué lástima me da.

Wolf: Calderón pagaba bien.

Rafael: ¿Qué haces aquí?

Wolf: Lo mismo que tú, estoy, supuestamente, de vacaciones. Por cierto, ¿cómo está Ricardo? ¿Sigue criando malvas en el cementerio de Liberty?

Rafael le agarró por el pescuezo, pero en ese momento, llegaron dos agentes de seguridad.

Segurata 1: ¿Qué está pasando aquí?

Segurata 2: ¡Suéltele ahora mismo!

Pero Rafael siguió mirando con odio a Wolf mientras le sujetaba.

Wolf: Amigos, ¿no ven que me está agrediendo?

Segurata 1 (sacando una porra): Amigo, ¿no querrá tener problemas, verdad?

Rafael: No, por supuesto que no... - dijo soltando a Eric.

Segurata 2: Está de vacaciones, trate de relajarse.

Anciana: ¡Pero si están aquí!

Rafael: Que tengan suerte - dijo mientras echaba a correr con sus maletas. La anciana trató de acercarse a los guardias, quienes trataban de quitársela de encima. Eric Wolf observaba la escena, ceñudo y sin comprender.


Mientras tanto, Rafael Turner ya había llegado al hotel. Allí se registró y cuando iba subiendo las escaleras, se encontró de nuevo con Alice.

Alice: Vaya, vaya...

Rafael: Oiga, disculpe, yo... lo siento, verá...

Alice: ¿Sabe que esa maníaca me tuvo durante la última media hora hablándome sobre todas y cada una de las posturas y pruebas sexuales que hacía con su difunto marido?

Rafael: Bueno, ahora la estarán aguantando los pobres seguratas..., bueno, ahora comprenderá el por qué de mi desesperada huída al baño...

Alice: Todavía no consigo que se me vaya de la cabeza toda la parrafada que me ha ido soltando...

Rafael: Se lo compensaré.

Alice: ¿Ah, sí? ¿Cómo?

Rafael: ¿Qué tal... invitándola a cenar?

Alice: ¿Me toma el pelo?

Rafael: No.

Alice: No sabía que conociera esta isla.

Rafael: Bueno, ahora mismo iba a hacer un sondeo...

Alice (sonriendo): A la puerta de este hotel, a las ocho y media.

Rafael: Allí estaré.

Alice: Más le vale, por que si no, tengo preparada una venganza terrible contra usted por el incidente del avión.

Rafael: No tendrá tiempo ni de pensar en ello.

Alice: Aquí, a las ocho y media, no me falle - dijo dándole un beso en la mejilla.

Rafael: Creía que habíamos pasado al siguiente nivel...

Alice: Yo que usted, no empezaría por ahí en la cena... - dijo sonriendo y bajando las escaleras.


Una vez terminado de instalarse, Rafael fue al mostrador.

Rafael: Disculpe.

Secretario: ¿Se ha podido instalar correctamente? ¿Necesita alguna ayuda?

Rafael: No se preocupe, aunque... ¿podría indicarme dónde está la comisaría más cercana?

Secretario: La única comisaría de la isla está en el centro del pueblo. Sepa que sólo hay dos policías aquí, es un lugar de vacaciones, muy tranquilo, ¿ha ocurrido algo?

Rafael: No, qué va, es para ir ubicándome.


Rafael fue caminando hacia el pueblo. Estaba lleno de casas de madera, tenía una iglesia, un mercadillo, pescaderías y la comisaría que Rafael estaba buscando.

Era un edificio pequeño, y por dentro, sólo había un policía tomando anotaciones y no más de tres calabozos pequeños. Allí se encontraba un tipo totalmente borracho cantando con acento irlandés.

Policía: ¿Puedo ayudarle en algo?

Rafael: ¿Quién es ese?

Policía: Es el borracho del pueblo. Es inofensivo, pero, es un borracho.

Rafael: ¿Conoce a un hombre llamado Eric Wolf?

Policía: ¿Quién?

Rafael: Verá, soy policía en Vice City y he reconocido a un traficante asesino que trabajaba para una organización del crimen organizado colombiano. Está aquí y es peligroso.

Policía: De acuerdo, pediremos su ficha a Vice City, mientras tanto, relájese.

Rafael: ¿Que me relaje? Ese hombre es un psicópata.

Policía: Oiga, no podemos ponernos a vigilar a alguien por una mera sospecha. Pediremos su ficha y una vez tengamos pruebas, actuaremos, pero mientras tanto... sólo somos dos policías aquí. Yo me encargo del papeleo y Reuben se encarga de hacer la ronda. Cuando tengamos información fehaciente, le prometo que...

Rafael: Claro, prefieren pensar que aquí nunca va a pasar nada, ¿verdad?

Policía: Oiga, puede que usted sea la autoridad en Vice City y por lo que he oído hablar de esa ciudad, es un antro de corrupción y puedo comprender el nivel de estrés al que usted puede estar sometido en sus horas laborales, pero aquí la autoridad soy yo y actúo como creo que es más conveniente. Si tenemos a un asesino conocido aquí, pediremos información, pero al no haber tratado de extradición y al no haber cometido crímenes en la isla, dígame, ¿qué podemos hacer?

Rafael: Nada, déjelo.

Policía: Recuerde, usted aquí es sólo un veraneante, no un agente de la ley. No cometa una insensatez, ¿me ha entendido?

Rafael: Sí, agente.

Rafael salió de la comisaría echo una furia. Sin embargo, aquel sentimiento de rabia se esfumó cuando se encontraba cenando con Alice.

Alice: Así que... Vice City ¿eh? No parece el mejor lugar para un policía.

Rafael: No lo es. Pero las playas compensan.

Alice (sonriendo): ¿Y cómo es?

Rafael: Bueno, es como todas las ciudades. Tiene sus zonas majas y sus zonas menos turísticas. También es una ciudad de ricos, por lo que... es habitual ver coches caros circulando.

Alice: Y ´si pasa algo, tú investigas y encierras al malo, ¿no?

Rafael: Más o menos. Generalmente trabajo encubierto, bajo una falsa identidad, me hago pasar por un traficante. Coches caros, trajes envidiables...

Alice: No está tan mal, entonces. Vives rodeado de lujo.

Rafael: Tienes que tener la cabeza en tu sitio. Hay compañeros que han sufrido crisis de identidad, a veces estás tan metido, que no sabes realmente cuál es tu verdadero papel. Es más duro de lo que parece. Buewno, basta de hablar de mi deprimente vida, ¿a qué te dedicas?

Alice: Soy diseñadora gráfica. Trabajo en la industria de los recreativos, y como trabajo secundario, también los pruebo.

Rafael: ¿Eso es oficial, lo de probar videojuegos?

Alice: Sí, por que los jefes quieren saber si el producto tiene fallos, trucos, puertas traseras, todo lo relacionado con ellos. Es una industria en auge. Dentro de poco, acaparará una parte importante del mercado.

Mientras Rafael y Alice seguían habñando en aquel agradable restaurante al aire libre, Eric Wolf los vigilaba. Poco después, Rafael llevaba a Alice en brazos a su habitación del hotel. Ambos estaban algo bebidos. Cuando llegaron a la habitacion de Turner, este soltó a la chica y trató de meter la llave, pero no acertaba a meterla en la cerradura.

Alice (riéndose): Espera, que te ayudo...

Entre Rafael y Alice trataron de meter la llave en la cerradura, pero al parecer, eran incapaces siquiera entre los dos. En ese momento, subió un botones del hotel.

Botones: Esperen, yo les ayudo.

El botones metió la llave y giró.

Rafael: Gracias amigo.

Botones: ¿Se lo han pasado bien?

Rafael (cogiendo en brazos otra vez a Alice): Ahora viene lo mejor.

Botones: Buenas noches.


A la mañana siguiente, Rafael se despertó con resaca. A su lado, había una nota de Alice, aunque tenía la visión algo borrosa y no la pudo leer. Rafael se sentó en la cama y se puso las manos en la cabeza.

Rafael: Por dios que no vuelvo a beber...

En ese momento, Eric Wolf tiró abajo la puerta de una patada. Rafael se tumbó tras la cama mientras Wolf disparaba con una Micro-Uzi a la cama, haciendo volar las plumas de esta por toda la habitación. Rafael cogió la lámpara d ela mesita de noche y se la lanzó al asesino, acertándole en el cuerpo.

Rafael se levantó, atravesó la ventana de cristal que daba a la terraza y saltó al balcón de la habitación contigua. Wolf sonrió y fue a perseguirlo. Rafael iba saltando los balcones de las terrazas d elas habitaciones. Wolf disparó una ráfaga de metralleta, sin acertarle y salió a persegruilo saltando los balcones.

Rafael llegó a un balcón con una canaleja, la cual utilizó para trepar rapidamente hasta llegar al tejado del hotel. Una vez en la azotea, Rafael vio que los hoteles estaban muy juntos por lo que decidió tomar carrerilla y saltar al tejado del siguiente hotel. Wolf no había tardado en llegar al tejado y saltó hacia el tejado más próximo para seguir a Rafael, quien corría como un descosido por los tejados de cada hotel y saltando al siguiente sin pensárselo. En uno de los saltos, el tejado siguiente estaba bastante más bajo, por lo que Rafael tuvo que rodar para no hacerse daño en la caída y seguir corriendo. Wolf llegó al lugar y disparó la metralleta, acertando al suelo y no al policía, quien estaba subiendo unas escaleras de mano para llegar a una azotea superior.

Rafale se dio cuenta de que ya no podría saltar más tejados. Wolf había saltado y rodado, y se acercaba lentamente a Rafael mientras recargaba su metralleta. Rafael, pensando rápido, cogió una manguera antiincendios que allí se encontraba y se la ató a la cintura. Wolfm mientras caminaba, se encendió un cigarrillo. Rafael, una vez atado y sujeto por la manguera, saltó al vació. La manguera le balanceó hacia la pared y Rafael atravesó un cristal del baño de una habitación. El policía se desató la "cuerda" rapidamente, antes de que esta le impulsara fuera.

En el baño se encontraba una pareja completamente desnuda.

Rafael: No os cortéis.

Mientras Rafael se marchaba, el tipo frunció el ceño y le preguntó a la mujer.

Tipo: ¿Quién era ese?


Poco después, Wolf estaba llamando a una cabina telefónica.

-: ¿Quién es?

Wolf: Jefe, soy Wolf.

-: ¿Alguna novedad con Turner?

Wolf: Hice lo que me dijo, asustarle un poco. Ahora seguramente, irá a la policía. Iluso.

-: Bien, quiero que sienta desesperación, que vea que de allí no puede escapar.

Wolf: ¿Cuándo va a venir, señor?

-: Dentro de pocas horas estaré allí con un ejército. Vamos a acabar con Turner de una vez para siempre. Mientras tanto, diviértete pero no lo mates.

Wolf: Entendido.

Wolf colgó el teléfono mientras Rafael corría hacia la comisaría de policía. Allí estaba el policía con el que había hablado ayer y su compañero Reuben, un tipo escuálido y con gafas de sol.

Reuben: Charles, tu amigo ha vuelto.

Charles: ¿Qué quiere ahora, agente de Vice City? ¿Ha visto a alguien cruzar la carretera sin usar el paso de cebra?

Los dos policías rieron.

Rafael: Han intentado matarme. Eric Wolf, se lo dije.

Charles: Nadie ha intentado matarle, Turner.

Rafael: Comprueben mi habitación.

Charles: Su habitación está impecable.

Rafael: Tiene agujeros de bala, escuchen, ese psicópata casi me mata con una metralleta.

Reuben: Ilusiones paranoicas, Turner. ¿No bebió demasiado ayer? ¿Le despechó esa mujer?

Rafael: ¿Qué? Oigan, me parece que no lo entienden... Eric Wolf trabajaba con Esteban Calderón, es un sicario internacional....

Charles: Me parece que es usted quien no lo entiende. Calderón ha dado trabajo a mucha gente aquí, ha creado puestos y ha sacado de la miseria a mucha gente. En este lugar, es dios.

Rafael: ¿Es? Espere... ¡no se referirá a Orlando! Trabajan todos para él.

Reuben: Disfrute de lo que le quede, Turner, nadie le tocará ni le hará daño, al menos, hasta que Orlando llegue aquí. Mi consejo, es que se busque una furcia y haga lo que tenga que hacer.

Rafael: ¿Qué clase de policías son ustedes?

Charles: No se equivoque, Turner, hacemos cumplir la ley, pero cuando Orlando nos pide algo... debemos complacerle.

Rafael: Y van a organizar una cacería humana... contra mi.

Charles: No eres el primero que cae aquí.

Rafael: Perdonen, yo vine aquí por que gané un sorteo.

Charles: ¿Y quién crees que lo amañó? Usted no puede escapar de aquí, pero eso es lo que le beneficia, por que por eso sigue vivo, de momento. Matarle, sería demasiado fácil, pero una cacería es más divertido, ¿no cree?

Rafael: No os saldréis con la vuestra.

Rafael corrió hacia la habitación de Alice, a quien encontró colgando un póster.

Alice: Rafael, tuve que irme a comprar, te dejé una nota...

Rafael: Alice, no hay tiempo, todo es una trampa.

Alice: ¿De qué estás hablando?

Rafael: Wolf, Calderón, la policía, todos están compinchados, van a matarme y me han visto contigo. Tienes que esconderte.

Alice: Espera un momento, ¿qué?

Rafael: Escucha, hace unos años, mi compañero y yo cogimos a un traficante colombiano, y su hijastro viene aquí con personal y armas. No puedo permitir que te hagan daño. Escóndete, vamos, ven conmigo.

Rafael se llevaba a una perpleja Alice fuera dle hotel. A la entrada se encontró con Wolf, pero el asesino no hizo nada más que quitarse el sombrero, como si les saludara. Rafael y Alice salieron del hotel.


Lejos de la isla, otro Shamal sobrevolaba el mar. Allí se encontraba Orlando Calderón sujetando una copa de alcohol. Dentro del avión, había varios hombres de aspecto sudamericano, armados con un variado arsenal. Orlando seguía sujetando su copa.

Orlando: Rafael Turner. Esto acabará aquí y ahora.


Mientras tanto, Rafael había vuelto hacia donde estaba la comisaría. Vio que Reuben vigilaba la entrada con un revólver. Rafael estaba oculto tras unos arbustos.

Rafael: Necesito armas. Si no, no tendré ni una oportunidad...

Rafael vio un hueco por el que podría acceder al sótano de la comisaría. Cuando Reuben entró en la comisaría, Rafael corrió hacia la ventanita del sótano y la abrió sin dificultad alguna. El policía entró en el sótano, donde había varios rifles, escopetas, pistolas y revólveres.

Rafael: Bien, mi suerte cambia...

En ese momento, llegó Reuben apuntándole con un revólver.

Reuben: Sabíamos que lo intentarías listillo...

Rafael levantó las manos y Reuben se acercó a él, pero en seguida, Rafael se coló por el lado derecho de Reuben y le dio un codazo en los dientes mientras su revólver se disparaba. El arma cayó al suelo y Rafael le metió una cadera de judo, empotrado al policía de espaldas contra el suelo. Charles llegó con una escopeta y disparó contra la pared. Rafael se echó al suelo y le lanzó a la cara de Charles un hierro pequeño que había por ahí. Charles sangraba por la cara y cayó al suelo. Rafael corrió hacia él y le dio una patada en la cara y le cogió la escopeta. Reuben se estaba levantando, sin encontrar su arma. La reacción de Rafael fue darele un culatazo en toda la cara, dejándolo inconsciente.

Rafael: No puedo atrincherarme aquí... cogeré lo que pueda y los enfrentaré. Nos veremos las caras, Orlando.


Una hora después, el Shamal de Orlando había aterrizado. Cuando bajaron todos los hombres de este, Calderón se dispuso a descender del avión. Uno de los latinos se acercó a él.

Latino: ¡Hermano!

Orlando: Xavier. Estás borracho.

Wolf se acercó a ellos.

80th Vice Nuevos Enemigos 2 I

Wolf: Jefe.

Orlando: ¿Y Turner?

Wolf: Reuben y Charles han llamado. Tiene armas.

Orlando: Nosotros también. Así será más divertido. Xavier, encabeza el primer grupo. Busca por entre las zonas de los hoteles. Daré cien mil al que me traiga su cabeza. Empieza la caza - dijo mientras miraba una foto de él y Angelina de pequeños.

Los hombres de Orlando tenían un arsenal desde revólveres hasta fusiles de asalto, pasando por pistolas, escopetas y metralletas.

Rafael estaba escondido junto a una camioneta puenteada por él mismo.

Rafael: Adelante, canalla.

Tras unos tensos minutos de espera, Xavier apareció por entre las casuchas de la zona y Rafael puso en marcha la camioneta.

80th Vice Nuevos Enemigos 2 II

80th Vice Nuevos Enemigos 2 III


Rafael se alejó de la camioneta y subió por unas escaleras. Xavier salió inmediatamente a perseguirlo, aunque cuando llegó a las escaleras, subió cautelosamente.

80th Vice Nuevos Enemigos 2 IV

80th Vice Nuevos Enemigos 2 V

Rafael fue a bajar las escaleras para coger la metralleta de Xavier, pero en ese momento llegaron varios colombianos y dispararon con sus armas contra las escaleras y el edificio donde estaba Rafael, por lo que este saltó del mismo, rodando en la hierba con la escopeta y corriendo por el campo. Algunos colombianos subieron las escaleras del edificio y otros se quedaron a nivel del suelo.

Sicario 1: ¡Está corriendo!

Los sicarios dispararon contra Rafael, quien corría por el campo. Las balñas le pasaban cerca hasta que encontró cobertura tras las paredes de otro edificio. Rafael oyó pasos cerca suyo y se tumbó al suelo. Dos colombianos armados con escopetas pasaban delante suya. Rafael, tumbado, les disparó a ambos por la espalda, se levantó y corrió hacia una pila de sacos, saltando hacia ellos y refugiándose de las balas. Varios colombianos se acercaban a él con armas automáticas. Rafael se irguió y disparó una vez más con su escopeta, derribando a uno que iba corriendo hacia él.

El policía se dispuso a recargar mientras varios colombianos se posicionaban formando una línea de ataque para contener a Rafael allí. Una vez metidos todos los cartuchos, Rafael se irguió y disparó una vez más, aunque no acertó a nadie, los clombianos seguían breando a tiros la pila de sacos con la que se refugiaba. Rafael sacó dos pistolas y disparó contra todos los colombianos que le disparaban desde los árboles, acertando a uno y obligando al resto a cubrirse. Rafael agotó ambos cargadores y se rearmó con la escopeta, disparando una vez más contra los árboles y saliendo de la cobertura de los sacos, para ir por detrás de la casa. Se encontró de frente con un colombiano, al que disparó de forma instintiva con el calibre 12. El impacto del cartucho hizo que el colombiano se estrellara contra la mesita de la terraza. Otro colombiano apareció de frente disparando una Mac, pero Rafael se tumbó rapidamente y le disparó en el pecho con la escopeta.

Orlando: ¡Pero qué estáis haciendo! ¡Sólo es un poli! ¡ACABAD CON ÉL!


Mientras tanto, Rafael corría hacia la camioneta puenteada y se montó en ella, recargando sus pistolas y arrancando. El policía metió primera marcha y aceleró, justo en el momento en que un coche de policía todoterreno salía en su persecución.

Reuben (por un comunicador): Orlando, Turner huye hacia el bosque, le estamos persiguiendo.

Orlando (por un comunicador): Copiado. ¡Vamos, a los coches!

Rafael conducía por entre casetas de madera con Charles persiguiéndolo y envistiéndolo con el patrullero.

Rafael: ¡Mierda!

Reuben: ¡Dale otra vez!

Charles volvió a envestir a la plataforma de carga de la camioneta. Rafael aceleró mientras Reuben sacaba una escopeta y disparaba contra el cristal trasero de la camioneta, destrozándolo por completo.

Rafael: ¡Maldita sea!

Reuben disparó por segunda vez, acertando a la matrícula. Rafael sacó un revólver y disparó contra el coche de policía, dejando tres agujeros en el cristal delantero del mismo. Reuben disparó varias veces más con la escopeta hasta que se le acabaron los cartuchos, por lo que sacó una pistola y siguió disparando. Rafael tenía que agacharse mientras sorteaba aquel laberinto de casas de madera. Mientras Reuben seguía disparando, Charles le envistió nuevamente, haciendo que la camioneta de Rafael se llevara por delante una casa de madera, haciendo volar todos los pedazos, que aterrizaban mayormente sobre el coche de policía.

Reuben: Charles, como en las películas, ¡acércame a la plataforma de carga!

Charles envistió nuevamente a Rafael mientras Reuben salía por la ventana del coche patrulla y se solocaba sobre el capó. Pasaron unos segundos hasta que saltó hacia la plataforma de carga, arrastrando los pies por tierra hasta que logró subirse. Reuben sacó una cuerda y trató de estrangular a Rafael. El policía se ahogaba mientras Reuben apretaba, por lo que dio un frenazo y Reuben soltó la cuerda, pasando por encima del techo de la camioneta y quewdando sobre el capó de la misma. Rafael disparó al cristal delantero de su ranchera, acertando a Reuben, quien cayó al suelo y fue aplastado por las ruedas de los dos coches. Después de eso, Rafael le dio patadas al cristal delantero hasta que también lo tiró al camino.

Charles: Cerdo.

Charles sacó un revólver y disparó contra la camioneta de Rafael, sin acertarle. Charles aceleró y se colocó a la izquierda de Rafael.

Rafael: Mierda...

Charles disparó con ru revólves contra el cristal delantero izquierdo d ela camioneta, destrozándolo por completo y obligando a Rafael a agacharse nuevamente. Tras gastar todo el tambor del revólver, Charles envistió al lateral izquierdo de Rafael, quien tampoco se cortó un pelo y devolvía las envestidas hasta que una caseta de madera se presentaba frente a ellos. Rafael la rodeó por el lado derecho y Charles por el izquierdo. Rafael, cuando vio al coche patrulla nuevamente en paralelo, lo envistió, haciendo que Charles saltara un desnivel y se estrellara contra una caravana, destrozándola por completo y dando vueltas en el aire, hasta que se topó con un bidón de Carcer Gas!, sucediéndose una violenta explosión que destrozó al coche patrulla, con Charles dentro.

Rafael: Bien, bien...

Cuando Rafael creía que había ganado unos segundos, aparecieron más camionetas detrás suya, con los copilotos sacando medio cuerpo fuera y disparando con metralletas.

Rafael: Noooo...

Las camionetas le perseguían por aquel camino rural. El copiloto más cercano seguía disparando con la Uzi, pero Rafael sacó la escopeta y disparó hacia atrás, destrozando en gran medida el cristal delantero de dicha camioneta, poniendo nervioso al conductor y haciendo que se estrellara contra uno d elos primeros árboles del bosque.

Rafael saltó un desnivel, al igual que sus perseguidores y continuó circulando por un camino de tierra, con su camioneta resistiendo los disparos enemigos y atravesando una valla de madera y acabar en un claro para campistas a campo abierto. Dos Sánchez se adelantaron y se colocaron en paralelo a la camioneta de Turner. El de la izqueirda disparó con una pistola y el de la derecha con una recortada. Rafael envistió a la moto de la izquierda, hac iendo que su conductor se cayera y la moto se deslizara delante de la camioneta y acabar siendo un obstáculo para el motorista de la derecha, quien no pudo esquivarla y volcó de forma espectacular por el claro. Rafael siguió recto y volció a entrar en un bosque. Un tercer motorista, montando en Manchez, disparó hacia el ya inexistente cristal trasero de la camioneta del policía, quien respondió disparando hacia atrás con el revólver hacia el motorista en la cabeza. La moto y el motorista quedaron en medio del camino, peor las otras camionetas las pasaban por encima sin piedad.

Rafael salió del bosque y entró en otro poblado de casas de madera y caravanas. Al seguir de frente, se topó con que dos camionetas habían cerrado un camino y varios tipos con M16 y MP5 disparaban contra él. Rafael se agachó y se desvió hacia la derecha. Todavía tenía varios coches detrás de él.

Rafael: Maldita sea, esto no se acaba nunca...

Una Rancher se dirigía frente a él, con un copiloto que disparaba una Mac y un conductor que también disparaba, con una Desert Eagle. Rafael sacó el revólver y disparó contra el centro del cristal delantero de la Rancher. El segundo disparo acertó al conductor, quien dio un volantazo a su derecha y se empotró contra una casa. Una Walton se colocó delante de la camioneta de Rafael, quien vio que el tipo de la plataforma de carga le lanzó á la carretera una garrafa de Carcer Gas!.

Rafael: ¡MIERDA!

Rafael la esquivó por la izquierda, peor la camioneta más cercana que le perseguía no tuvo tanta suerte y se la comió entera. La epxlosión mandó a volar hacia adelante dicha camioneta, la cuál acabó bloqueando el camino. La camioneta que iba detrás no frenó a tiempo y colisionó contra ella.

Rafael seguía detrás de la Walton y vio cómo el tipo de la plataforma de carga volvía a levantar un bidón de Carcer Gas!, pero esta vez, Turner fue más rápido y disparó con la pistola varias veces hasta que acertó al tipo en el pecho, soltando este el bidón, el cual cayó sobre la plataforma de carga. Rafael siguió disparando hasta que acertó a dicho bidón, el cuál explotó con tal potencia que reventó la camioneta haciendo que volcara en el aire.

Rafael: ¡Bien!

Rafael siguió conduciendo a toda velocidad hasta que justo delante de él vio una rampa de madera. Rafael pisó el acelerador y metió la marcha más alta. La camioneta subió la rampa y dio un salto espectacular por encima de una caravana, cayendo en una zona embarrada que ensució el capó y el guardabarros d ela camioneta. Rafael llegó al pueblo y su camioneta empezaba a detenerse. Había sufrido demasiados daños durante la persecución.

Rafael: De acuerdo.

Rafael recargó su escopeta, sus dos pistolas y su revólver y salió de la camioneta. El pueblo estaba desierto, como si todos sus habitantes hubieran anticipado que allí se libraría una batalla.


Orlando y Wolff se reunieron con los cinco hombres que les quedaban.

Orlando: Inútiles, atajo de inútiles... ¡Sólo es un hombre!

Wolf: Debió haberme dejado acabar con él tan pronto pisó esta isla.

Orlando: Cállate o clavaré tu cabeza en una pica.

Wolf: Se ha refugiado en el pueblo. Juega con ventaja.

Orlando: Nosotros también. Somos más. Vamos.


Los siete entraron en el pueblo, sin saber que Rafael los esperaba con un rifle de precisión que había conseguido de la comisaría. Rafael disparó al primero de los sicarios, quien cayó sl suelo disparando su metralleta. Otro sicario apuntó con un M16 y disparó de forma semiautomática contra el tejado, sin acertar a Rafael. Luego procedió a disparar una ráfaga.

Wolf: No malgastéis munición, sigamos.

El grupo llegó a un mercado lleno de frutas, toldos y mesas de madera. Los sudamericanos y Wolf iban muy atentos hasta que Rafael disparó con la escopeta a otro de ellos, mandándolo contra una de las mesas de madera, destrozándola y haciendo que un toldo y sandías le cayeran encima.

Orlando: ¡Matadle! Wolf, ve a buscarla.

Wolf se retiró del combate mientras Orlando y sus tres sicarios disparaban con pistolas y metrallletas por todo el mercado, destrozando las frutas y los tenderetes. Rafael avanzaba agachado pero raudo por el mercado hasta que rodó para cubrirse de los disparos y volver a disparar con la escopeta, sin acertar a nadie. Orlando disparó con una pistola y la bala le pasó cerca de la oreja a Rafael. Los otros tres matones seguían disparando y uno sacó una SPAS 12y disparó contra todas las frutas que estaban alrededor de Rafael, reventándolas todas y echando un toldo abajo. Rafael sacó sus dos pistolas y disparó contra los matones, pero estaban muy bien cubiertos y no pudo acertarles. Uno de ellos disparó con una Uzi y Rafael retrocedió corriendo, saltó sobre el hueco que había entre una mesa y un toldo y rodó tras tomar tierra. Los colombianos lo persiguieron y Rafael volvió a disparar con las dos pistolas, reventando más frutas y acertando a uno más de los matones.

A Rafael se la había agotado la munición de las pistolas y echó a correr mientras metía en ambas los últimos cargadores. El de la SPAS 12 trató de acertarle, sin éxito alguno.

Orlando: Vosotros, dos, vamos.

Los tres colombianos persiguieron a Rafael, quien corría hacia una de las casas. El tirador de la SPAS volvió a disparar. El priemr disparo falló, y para el segundo, que acabó acertando en la pared, Rafael ya se había echado rodando al suelo mientras disparaba sus dos pistolas, acribillando al tipo.

El último sicario de Orlando disparó con su metralleta, pero Rafael, desde el suelo, también disparó sus armas duales, obligando al matón a cubrirse. Rafael agotó las balas de la pistola y corrió hacia la casa mientras el matón volvñía a disparar su metralleta. Rafael corrió y se lanzó contra una ventana de cristal, atravesándola y rpodando después, para luego correr por la casa y salir por la puerta.

Orlando y su sicario rodearon la casa, pero Rafael había desaparecido.

Orlando: Maldita sea.

Entonces, desde la esquina de una casa cercana, Rafael disparó con su revólver hacia Orlando, pero este fue hábil y usó a su sicario de escudo humano, recibiendo él el disparo. Orlando le tenía cogido por el cuello y disparó con su pistola dos veces contra la esquina con la que se cubría Rafael, quien disparó dos veces más y se retiró. Calderón soltó a su sicario muerto y al poco llegó Wolf con una camioneta, sacando a Alice de ella.

Wolf: ¿Estamos solos?

Orlando: Al porche de la casa. Sujétala.

Los tres estaban en el porche de la casa. Wolf sujetaba a Alice mientras Calderón escudriñaba el área y empezó a hablar a voces.

Orlando: ¡Turner! ¡Tenemos una cuenta pendiente! ¡Sal y da la cara, o ella lo pagará con la vida!

Rafael rodeaba la casa por la izquierda hasta que llegó al porche. Wolf soltó a la chica, quien fue capturada por Orlando y disparó con una metralleta contra Rafael, quien se escondió tras una columna.

Rafael: ¡Esto es entre tú y yo! ¡Suéltala!

Orlando: ¡Como con Angelina! ¿Verdad?

Rafael: ¡Tú la mataste!

Orlando: ¡Yo no la maté!

Rafael: ¡Accionaste el detonador!

Orlando: ¡No fue así! ¡Fue un fallo en el mecanismo! Todo era un farol para cogerte a ti. No hubiera sido capaz de matar a mi hermana. Si no hubieras picado, nos hubiéramos ido y trazado otro plan.

Rafael: ¡Eso da igual! ¡Ella está muerta por que tú pusiste la bomba! ¡Aunque hubiera fallado aquel cacharro, tú la pusiste en esa situación! ¡Mataste a tu hermana, asúmelo!

Orlando: No, no hubiera matado a mi hermana, pero esta mujer no me importa una mierda. O das la cara, o la mato.

Rafael se asomó brevemente. Wolf disparó todo su cargador de metralleta. Rafael se agachó a tiempo y a Wolf se le agotaron las balas. Rafael se asomó por segunda vez, pero en esta ocasión para dispararle tres veces a Wolf en el pecho. Aprovechando la confusión, Alice se soltó de Calderón y corrió hacia las escaleras del porche, pero este la disparó con la pistola de forma instintiva, haciendo que cayera al piso herida y sangrando.

Rafael: ¡NO!

Rafael disparó dos veces con el revólver, pero Orlando había abierto la puerta de la casa y usado este como cobertura. A Rafael se le había agotado la munición y Calderón se había metido dentro de la casa. El policía corrió hacia Alice.

Rafael: Alice, dios mío...

Alice: Estoy... bien... coge a ese canalla...

Rafael: Presiona la herida, detendrá la hemorragia, volveré.

Rafael, desarmado, entró en la casa. Orlando lo estaría esperando en cualquier parte. Tras unos segundos observando la zona con atención, Rafael se acercó cautelosamente a una puerta. Orlando disparó varias veces a la puerta con su pistola y luego la abrió de una patada, pero Rafael estaba esperándolo ileso al lado del marco de la misma y le cogió la mano armada. La pistola se disparó varias veces hacia el techo de la casa y una de las balas dio contra la c adena que sujetaba una lámpara de cristal, que cayó al piso. El arma se descargó y Rafael le pegó un puñletazo en la boca a Orlando, quienr espondió con una patada y un puñetazo en la mandíbula.

Una vez liberado de Rafael, Orlando echó a correr hacia las escaleras. Rafael fue detrás y le agarró del tobillo, tirándolo al suelo. Orlando le pegó una patada a Rafael en la cara y lo tiró por las escaleras. Orlado se levantó y subió hacia arriba. Rafael se levantó con dificultad para perseguirlo y subió al piso de arriba.

Rafael: ¿Dónde te has escondido, rata?

Tras avanzar por el pasillo del piso superior, Orlando abrió la puerta del baño y le atacó con un cuchillo de cocina, cortando a Rafael por el torso. Orlando atacó por segunda vez con una estocada frontal, pero Rafael se apartó y el cuchillo se clavó en la pared. Rafael se abalanzó sobre Orlando y con toda la energía cinética, se lo llevó al baño y lo empotró contra la pared, echando abajo varios azulejos. Orlando le dio un rodillazo en la tripa y un codazo en la columna, para luego lanzarlo contra el grifo. Rafael estaba levantándose cuando Orlando le tirñó una patada de costado. Rafael se la atrapó y le hizo una torsión a la pierna, tirando a Calderón bocaabajo, pero este usó la otra pierna para golpear a Rafael en la cara.

Los dos volvieron a levantarse y Orlando tiró un puñetazo. Rafael se agachó y le pegó en las costillas del lado derecho, para luego cogerle de las piernas a Orlando y tirarlo de espaldas contra el suelo. El colombiano impulsó sus piernas hacia adelante, echando con fuerza a Rafael contra la pared para luego levantarse hacia adelante de un potente impulso de brazos, quedando nuevamente en pie.

Los dos se volvieron a abalanzar el uno sobre el otro como lobos hasta que Rafael logró tirarlo nuevamente al suelo y abrió la tapa del váter. Orlando trató de resistirse, pero Rafael le pegó un puñetazo en la sien, para luego cogerle del pelo y golpear su frente contra la dura tapa del inodoro repetidas veces, produciéndole sev3eras brechas en la cabeza. Con rabia, Rafael arrancó la tapa del váter y le golpeó sucesivas veces en la cabeza a Orlando Calderón, hasta que la propia tapoa se partió.

Del cansancio de toda aquella batalla, Rafael se cayó de culo en el baño y respiró agitadamente durante varios segundos hasta que se acercó lentamente a Calderón y le tomó el pulso.

Rafael: Saluda a tu padre, en el infierno.


Tras toda aquella contienda, Rafael salió sangrando y cogeando de la casa y se acercó hacia Alice, quien seguía tumbada en la hierba.

Rafael: Alice, todo ha terminado, podemos irnos.

Rafael trató de levantar a Alice, pero parecía que la mujer no hacía el más mínimo esfuerzo por levantarse.

Rafael: ¿Alice? ¿Qué...?

Rafael observó nuevamente a Alice. Estaba inmóvil, cubierta de sangre. Sus ojos ya eran incapaces de ver.

Rafael: No... ¡NO!

Rafael sabía que su guerra con el clan Calderón había llegado a su fin, pero le había costado una víctima inocente más. En ese momento, recordó el caso Calderón de principio a fin, y a sus víctimas más cercanas: Ricardo Turner, Angelina, Alice... era un balance de pérdidas muy alto, pese haber logrado acabar con Esteban, los hermanos Méndez, Wolf y el propio Orlando. Sabía que había vencido a Calderón, pero, ¿lo compensaba todo aquel balance de pérdidas?



Lugar: Comisaría de Washington Beach


Sonny estaba ocupado con una aburrida labor de papeleo, parecía que en cualquier momento iba a dormirse. En es emomento, se le acercó Gina.

Gina: Sonny, hay una carta para ti. De Turner.

Sonny: Bueno, una epxlicación con todo detalle sobre lo bien que lo está pasando en sus vacaciones no puede ser peor que todo este papeleo... o eso o la postal que me prometió, veamos...

Sonny abrió el sobre, con Switek, Gina y Trudy cotilleando detrás suya, pero cuando sacó su contenido, ambos adquirieron experiones de horror.

Sonny: Pero... ¿qué es esto?

Gina: No es la postal que esperabas, ¿verdad?

Sonny: Para nada...

En el sobre venía única y exclusivamente una fotografía de Orlando Calderón con la cabeza machacada en aquel baño.


FIN

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